Es muy importante acostumbrar a los niños a llevar un estilo de vida activo desde una edad temprana.
Un niño físicamente activo se desarrolla mejor, se enferma menos, es más seguro de sí mismo y aprende a afrontar las dificultades.
Además, obtiene múltiples oportunidades para crear vínculos sociales, construir relaciones interpersonales y compartir emociones relacionadas con el éxito o el fracaso.
Se recomienda que los niños realicen al menos una hora diaria de actividad física.
Esta dosis de ejercicio contribuye al desarrollo de los sistemas locomotor, cardiovascular, respiratorio, nervioso, vegetativo y endocrino; mejora la condición física y aumenta la resistencia muscular.
La actividad física, además de los beneficios corporales, también mejora el estado de ánimo y ayuda a regular las emociones.
Motivar a tu hijo a practicar deporte y fomentar la actividad diaria es una muestra de amor, pero también una garantía de su salud y felicidad.
¿Qué deporte debo sugerirle a mi hijo?
Por supuesto, no a todos los niños les gusta el deporte, pero si se les motiva adecuadamente y se les ofrecen formas divertidas de mantenerse activos, su actitud puede cambiar.
Algunas actividades deportivas que suelen gustar a casi todos los niños son las clases en trampolines —que siempre están llenas de diversión y risas—, el ciclismo o incluso las caminatas cotidianas, que la mayoría de los pequeños disfrutan.
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